lunes, 8 de octubre de 2012

Escondida detrás de una pared.



¿Recuerdas cuando se te caía el mundo y yo estaba a tu lado? Era yo quien iba a donde sea que estuvieras a abrazarte hasta que te tranquilizaras. Te acariciaba la espalda en silencio, o te hablaba durante horas si era necesario.  
Ahora veo como la vida se te cae encima con toda su fuerza y ni siquiera puedo consolarte.
Si intentara ayudarte, probablemente te hundiría más.
Si intentara darte un abrazo, probablemente me escupirías a la cara.

Le explicaré a la gente que te quiere qué tiene que hacer, hasta donde tiene que ir y qué tiene que decirte para ayudarte. Obligaré a quien haga falta a que vaya hasta ahí a darte los abrazos que necesites.

Y algún día, si vuelves a tener ganas de tenerme cerca, yo estaré ahí.

Cenizas

Hoy solo quedan las cenizas de aquella cama a la que tantas veces le plantamos fuego. ¿Recuerdas aquellas noches? Noches, desayunos y postres. Un cumpleaños y dos velas que proyectan dos sombras sobre la pared del fondo. Dos sombras que se acercan, mueren entre las llamas, y se funden en una. ¿Recuerdas aquellas horas? Horas con la ventana abierta y la noche asomando. A oscuras, inventándonos la vida de aquellos ingenuos que dejaban la luz encendida.
Solo quedan las cenizas. Incluso las cenizas son ahora polvo. Ya no hay noches, desayunos, postres, velas, fuego. Ni siquiera hace calor.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Dos vidas, tres años y un final.

Que bonito sería pensar que no hemos perdido los últimos años de nuestras vidas el uno con el otro. Que fueron unos buenos años, que crecimos juntos. Que no nos arrepintiésemos de lo que hemos hecho y de lo que hemos dicho. Creer que era verdad cuando decíamos "te quiero". Que ha valido la pena y volveríamos a decir SÍ si nos volviese a ocurrir. Que pudiese haber evitado hacerte daño. Que no me odiases. Que no hubieras dicho todo lo que me dijiste. Que tuviésemos un buen recuerdo. Que ha sido algo importante. Que supieras que no soy una PUTA... sólo esa persona que decidió compartir un capítulo de su vida contigo.

sábado, 8 de septiembre de 2012

BuenosDías ;)

En los últimos meses, o incluso días, he estado perdiéndole miedo a la vida, a la soledad, al cambio. 
Me soporto a mí misma, sé que tengo el poder en mi mano de decidir que va a ser de mi vida. Puede que sean los delirios de una reciénVeinteañera que tiene todo un mundo por delante pero, JODER, por primera vez en mucho tiempo tengo mi vida únicamente en mis manos e.. incluso me dan escalofríos. 
Quiero emborracharme y salir a bailar todos los días, moverme como una loca, cerrar los ojos, con ritmo o sin ritmo, con tacones o sin ellos. 
Quiero saltar y salir a correr todas las noches que me apetezca, con un spring final que me arranque las fuerzas que me queden. 
Quedarme dormida a las nueve de la noche o de la mañana. 
Quiero vivir mis 16, mis 17, mis 18, mis 19 y mis 20 en el próximo año, como si los 21 no fueran a existir. 

Por querer, lo quiero todo pero sobretodo, a mí misma. 

 

.

En mi soberana estupidez me he puesto a leer los tweets de un loco jodidamente romántico y una sensación estúpida e impulsiva me ha pedido que escriba cuanto antes, ya y ahora con Marea de fondo y los sentimientos a flor de piel. 

jueves, 7 de abril de 2011

Saciarnos de rabia o de placer

Quiero que me muerdas. Que tus dedos me hagan coger aire para soltarlo en tu oído en un susurro de deseo. Que tus músculos se muevan a mi antojo. Que mis manos dejen marcas allí donde pisen. Quiero ver tu sonrisa de triunfo en el espejo. Que sudes las sábanas y el suelo. Quiero atarte las manos a la espalda y hacerte creer que somos dos animales en vías de extinción.

Se dice que el tiempo vuela.

El nuestro es cómo un cohete que prefiere ser libre en el espacio y parece no querer volver a vernos.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Una casualidad, una mirada, un beso y dos palabras.


Creo en las casualidades, en el momento, en las circunstancias. No creo en los futuros, en la eternidad. No creo en la felicidad y tampoco creo en la tristeza. Pero creo en los amaneceres. Creo en las miradas, en el beso que nos trajo hasta aquí. En el instante en el que te dije que no podía ser, que era imposible. En las palabras exactas con las que me impediste creer en mis propias palabras.


Como ves, ni siquiera creo en mí misma.


Pero lo cierto es que mientras tú estés cerca, eso no importa.

sábado, 7 de agosto de 2010

JODEER

Lo he conseguido, he llegado a donde tenía que llegar.
¿Sabéis esa sensación que te impulsa a SALTAR, a abrir la ventana y GRITAR: estoy AQUI y soy FELIZ? Esa es la sensación que ahora mismo corre por mis VENAS llegando a cada milímetro de mi esencia. Una CARCAJADA surge de las entrañas de esta niña insegura que nunca había llegado a creer del todo en el SI QUIERES PUEDES, y a esa carcajada le siguen cinco más y un BESO.. de papá, de mamá, de una hermanita que no entiende muy bien qué ocurre, de un chico que ha prometido seguirme con el CORAZÓN a donde vaya.

Trazad vuestro propio CAMINO, sin asustaros de las pequeñas desviaciones que marque el DESTINO, pero sin dejar que este tome el control de vuestras decisiones.

ABRACEN LA VIDA SEÑORES, y láncense a por sus SUEÑOS.

viernes, 30 de julio de 2010

Mira hacia otro lado, total no importa.

Si pudieramos ver, ver y no mirar, qué hay un paso más allá.. a lo mejor las cosas serían diferentes.
Me gustaría destapar los ojos de cada individuo y gritar: DESPIERTA, dos tercios de este mundo se está muriendo!
Que uno a uno despertaran, abriéndose sus bocas de HORROR por el panorama que ven ante sí.
Que se crease una REACCIÓN en masa, naciendo de cada corazón con toda su rabia.
Que miles de voces elevaran la voz, al grito de JUSTICIA y que sus conciencias guiaran a sus actos.


Pero lo único cierto es que todos y cada uno de nosotros somos unos HIPÓCRITAS y el que no lo acepte, además de hipócrita, es imbécil. Porque vemos lo que vemos, pero no hacemos nada por evitarlo.

miércoles, 14 de julio de 2010

El suelo se está abriendo y se abre bajo tus pies

Me enseñaron que el mundo era muy injusto, que la riqueza estaba mal repartida y que los fuertes se aprovechaban de los débiles. Pero también me enseñaron que eso podía cambiar, que estaba en mi mano: contribuir a mantener el sistema o dar un paso más para derribarlo. Entonces, me dije que quería hacerlo de dos formas: con pluma y bisturí.

Lo primero lo tenía, debía conseguir lo segundo. Así que puse toda mi confianza en mí misma y me lancé a por ello. Lo intenté con todas mis fuerzas, encontré una fuerza de voluntad que no sabía que tenía y llegué a creer que lo iba a conseguir de verdad.

Finalmente, puede decirse que el karma, si es que existe, me ha fallado. Parece ser que no empuñaré un bisturí, y ver como mis planes se derrumban, me quita las ganas de empuñar la pluma.

miércoles, 2 de junio de 2010

Y que más da?

Y si estás sola y nadie lo entiende, coge el bolso y escapa.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Que la vida se nos va, como el humo de ese tren

¿Alguna vez te has caído peleando por una mochila? Sí, le dices que se la llevas tú y metes un brazo por un asa pero se niega y él mete su brazo por otro asa y no sabes cómo, pero en dos segundos estás rodando por el suelo con el brazo en una posición extraña. Y curiosamente, en ese tipo de momentos lo único que se te ocurre pensar es que eres la chica con más suerte del mundo.

martes, 16 de febrero de 2010

Lo siento pero, se me acabó el amor.

Qué se hace cuando le dices a alguien que lo es TODO, y ese TODO se te escapa entre los dedos? La firme convicción de que no es cierto cae como un velo que emborrona la realidad y tus tripas se encogen mientras te acurrucas detrás de la más grande de las mentiras, que él te quiere, que si cierras los ojos todo estará como estaba ayer. Y los cierras, cómo no.. la mente humana es muy ingenua y muy cobarde. Pero lo inevitable llega y el tiempo, veloz, comienza a carcomer esa gran mentira, a destruir tu escondite. La realidad prepotente se abalanza sobre ti, pobre ilusa. Y entonces toca hacer el balance de los daños.

Orgullo? Escondido en el garage.
Dignidad? Robada.
Autoestima? En el subsuelo.
Sonrisa? Olvidada.
Corazón? Roto.

Parece que tu TODO se había empezado a pudrir desde hace tiempo y tú no te dabas cuenta. ¿Qué toca ahora entonces? ¿Recuperarse? No, querida amiga. No es tan fácil. ¿Nunca te dijeron que las penas y las dudas se beben con licores? Esta noche es tuya. Fingirás ser la persona más feliz del mundo. "Por fin libre", dirás si alguien te pregunta cómo estás. Lucirás los tacones más altos y la falda más corta y te venderás al mejor postor, o postores. Intentarás demostrarle al que era tu TODO, que TODO te da por culo y que puedes ser feliz con NADA. Sí, pequeña, esta noche te comerás el mundo. Mañana lo vomitarás. Y dentro de unos meses, tal vez, o incluso algo más, entonces sí, puede que te hayas recuperado. Tu corazón se habrá curado con alcohol, la autoestima habrá conseguido subir al primer piso, el orgullo habrá salido del garaje, la dignidad te habrá sido devuelta por alguna de tus pobres víctimas y la sonrisa, bueno, la sonrisa llegará en cualquier momento.

jueves, 24 de diciembre de 2009

¿Oíches?

Podería escribir unha historia de amor, hainas a miles por ahí soltas. Ou unha historia de dor, aínda que a dor sempre vai da man do amor, verdade? Unha historia que fixera sorrir con bágoas nos ollos, bágoas de tristeza, de felicidade, ou simplemente de risa. Podería escribir historias de sitios lóbregos e escuros, nun día plateado e azul, no corazón dunha montaña ou cun fondo de olas rompendo contra area fina dunha praia deserta. Podería escribir tonterías, verdades como casas, describir a realidade, denunciar as inxustizas. Podería non escribir. Pero hoxe, hoxe quero facelo e, para máis, facelo na miña lingua. Escribirei calquera cousa pero o farei nesta fala de maxia, e as miñas verbas terán máis forza e máis sentido que nunca.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Brindaste bajo la lluvia cuando se fue con tu paraguas gris

Por todas las veces en las que te has quedado con la verdad en los labios, por los momentos que te oprimieron la garganta para hacerte llorar y no lo consiguieron, por aquellas personas que intentaron hundir tus ilusiones y no lo permitiste, por este jodido mundo loco que, según dicen, no deja de girar.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Un poco más

A veces ocurre, de diferentes maneras y formas, no sé si con frecuencia o no muy a menudo pero el caso es que ocurre. Alguien te dice "gilipollas, no quiero compartir mi aire contigo". Y tú te ríes, le sigues la coña y te das cuenta de que miente, de que ambos estáis locos por compartirlo. Después de unos meses que parecen semanas, ese alguien dice "No soy nada sin ti". Y esta vez, curiosamente le crees, sabes que es cierto.Ya no os paráis a pensar en las fechas, se os olvida que el tiempo tiene patas y un día, exactamente a las 00:00:06, te dice "Me parece imposible quererte más, en serio". No recodáis que tiene ese día de especial, ni por qué es especial, ni siquiera si hay algo que recordar. Pero, que más da? Si es perfecto.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Once and again

Me pregunté si algún día podríamos acabar el día con el pie correcto. Podría decirse que discutir era difícil pero no enfadarse, imposible. Éramos iguales, y a la vez antagonistas. Era perfecto para mí excepto por sus defectos. Y para mi gracia, o desgracia, desde el momento en qué descubrimos qué ocurría entre nosotros, entendimos que no iba a acabarse.
Me pregunté si algún día se daría cuenta de que no me vale el mutismo durante una noche para despertarnos al día siguiente y hacer que no ha pasado nada. De que pedir perdón no es rebajarse. De que cuando alguien llora, el silencio solo hace más daño.

Algún día, tal vez, se dará cuenta.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Da un paso


A veces, pararse a analizar riesgos y consecuencias nos impide disfrutar lo que vivimos. No puedes disfrutar de un gran salto si en el aire empiezas a preguntarte si la piscina estará vacía. Si alguna vez has dicho: "Me gustaría... ", deberás saber que eres una persona estúpida, insegura y amargada. Así que da un paso, grita, salta y hazlo.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Dos dragones blancos sobre el cielo azul de septiembre


Tenía ganas de compartir secretos, de esos que solo conocemos dos. Compartir miradas cómplices y adivinar pensamientos. Decir las tonterías que se te ocurran y esperar más tonterías a cambio. Llamar sin dudarlo cuando surge un problema y no sé qué hacer. Pero sobre todo, saber que vas a coger y que, por si fuera poco, harás que se arregle.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

En el mundo existen los imbéciles

Hay dos tipos de personas; aquellas que huyen de los problemas y aquellas que los enfrentan con una sonrisa torcida, una mirada fría y la mente en llamas.

Ese era uno de los lemas más importantes de Lucía, tal y como se lo había enseñado su padre. Y ella pertenecía sin lugar a dudas al último grupo. Hoy Lucía iba a por todas. Sí o sí.

Cogió la mochila que se apoyaba contra la mesa. Estaba vieja, raída, de un color que era difícil distinguir pero era suya, y de nadie más. Echó a correr por los pasillos con ella en el hombro. Controló la hora. Los del instituto de al lado saldrían en pocos minutos pero podía llegar a tiempo.
Casi sin aliento se situó frente a la puerta de salida y se apoyó contra la verja. Justo en ese momento sonó un timbre, alto, agudo y lacerante. Y una manada de adolescentes atropellaron las escaleras del edificio en pos de la ansiada libertad que ofrecían las calles. Entre ellos, una morena de rizos y nariz afilada reía, junto a otros dos individuos. Su figura, baja y rechoncha no destacaba entre la multitud que se abría paso a empujones a su alrededor pero Lucía podía localizarla sin problema en cualquier parte.

Cuando la gente se empezó a disipar vio el momento de acercarse. Se colocó detrás de ella y esperó a que sus amiguitas de melenas largas y ademanes pijos la avisarán de su presencia. Dándose la vuelta enseguida y con una mueca de asco, fijó sus ojos en los de la chica que esperaba.

- Eres patética -concluyó con una sonrisa de suficiencia. - Ya te dije que podías quedarte con mis sobras. No me llegas a la altura del talón, ¿vale? Te habrás quedado con el pero en el fondo sabes que he ganado.

Lucía, con un gesto de pacífica comprensión acercó su boca a aquella malnacida y pronunció en voz baja:

- Venía con la idea de explicarte que esto no era un juego. Pero ahora tengo mis serias dudas acerca de conseguirlo -la sonrisa de aquella niña de nariz afilada se perdió ante el repentino tono serio de su voz. - No es una competición pequeña. Nada de lo que me hagas, de lo que digas o de lo que grites hará que vuelva a ti. Así que aléjate de mí y déjanos en paz.

No había elevado el tono en ningún momento pero tenía la sensación de haber gritado a los cuatro vientos sus palabras. El peso que la había estado aplastando los últimos días desaparecía. Había arreglado lo que tenía que arreglar. Por supuesto, haber dejado sin palabras a aquel especímen habría sido toda una satisfacción. Pero aquellos gritos agudos que dejó a su espalda mientras se daba la vuelta de camino a casa, tampoco le molestaban. Ahora, nada de lo que hiciera la iba a molestar.

Con la capucha puesta y las manos en los bolsillos, Lucía siguió su camino entre los charcos de la acera, sacando conclusiones y añadiendo retoques a la sabiduría que había recogido de su padre.

Hay un tercer tipo de personas, generalmente imbéciles, aquellos que se inventan los problemas.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Sólo la luna fue testigo

Podíamos oír como los otros respiraban profundamente, ausentes, abandonados a sus sueños. Y a sesenta centímetros de mí, oía también su respiración. Pero no era profunda como las demás, estaba despierto. Y empezó acercarse, fui consciente, eso no puedo negarlo. Y sus dedos recorrieron mi antebrazo. No lo paré, dejé que subiera hasta mi cuello. Y no lo impedí, dejé que llevara mi cara hasta la suya. Y no, no le dije “Basta”, cerré los ojos y dejé que sus labios hicieran el resto. Juntos, en silencio, vimos pasar la noche.
Debí haber impedido que ocurriera pero no, no me arrepiento.

lunes, 26 de octubre de 2009

j


¿Odio?

- ¿Qué esperas, una recompensa? -se burló con una sonrisa de sorna.
Ella permaneció impasible y muda.
- Deja de mirarme así, sabes que yo no doy las gracias.
Ella sacudió la cabeza lentamente con una mirada entre pícara y escéptica.
- Nadie hace nada de corazón, todos buscan algo a cambio, buitres -el tono ácido de su voz se acentuaba a medida que hablaba-. Por eso me alejo de la gente. Odio, la mejor palabra que define mi vida y mi relación con el mundo es el Odio.
Sentada en aquel banco de piedra y con las mano juntas sobre las rodillas, ella escuchaba, sin desviar nunca los ojos de los suyos.
- ¡Ni te lo voy a agradecer ni me importa lo que has hecho! ¿Lo entiendes? ¿No dices nada? No vamos a ser amiguitos de la muerte ni nada que se le parezca, ¡Me das tanto asco como el resto! -el volumen de sus palabras aumentaba y su exasperación con ella. Despertaba el miedo de todos los que le rodeaban y él lo sabía. -Lo único que me importa es poner distancia entre los seres humanos y yo. Sois todos unos buitres.
Después de su discurso se le habían acabado las ganas o el argumento para seguir hablando y ahora fijaba su vista en el suelo, sujetándose a la piedra con fuerza y dejando los nudillos blancos en el intento.
- Mentiroso -lo recriminó cariñosamente una voz melodiosa que por fin se había decidido a salir- No odias al mundo, niño tonto, tú echas de menos un mundo que no te odie.
Mientras hablaba la mano pequeña y blanca de la dueña de esa voz se había posado sobre los nudillos blancos de aquel ingrato lleno de odio, que se había quedado con la boca abierta y los ojos dilatados, no se sabe si de sorpresa por las palabras de aquella niña o por los ovarios que había tenido para pronunciarlas.

jueves, 15 de octubre de 2009

H

"quiero llegar al fin del mundo CONTIGO, que seas TODO para mí, hacerte SONREÍR cuando el mundo te dé razones para llorar, que me hagas tocar las ESTRELLAS cada noche, que me hagas sentir como una TONTA que te quiere demasiado, que me digas "eres PRECIOSA" cuando te dé el punto romántico... simplemente quiero ser tu VIDA, quiero vivir mi vida contigo"


Arrancó la página en la que hace tanto tiempo había escrito aquellas palabras y la arrugó con fuerza. Cogió un mechero y colocándolo debajo de la bola de papel, espero hasta que se deshiciera. Hecho esto, pasó página y fue a por la siguiente.

Poco a poco, su diario fue reducido a cenizas.

miércoles, 14 de octubre de 2009

La realidad es puta

Cuando a uno le quitan lo que más quiere, duele, nadie lo duda. Pero cuando te quitan aquello que necesitas, el pilar en el que te apoyabas siempre, aquello que nunca te había fallado... entonces, ¿qué?
Sí, podrías ser el mejor en lo que te propusieras, era tu naturaleza, siempre el mejor. Pero eso daba igual, te habían quitado lo único que te importaba, aquello con lo que habías vivido, que te había hecho crecer... ahora, te abandonaba, sin vuelta atrás.
La enfermedad se había escondido durante años, nadie la había visto, pasando inadvertida para médicos y expertos. Pero estaba ahí, esperando su momento y cuando estabas a punto de alcanzar la cima, cuando todos estaban convencidos de que ibas a ser el grande de los grandes, cuando todos confiaban en que llegarías a lo más alto, ella despertó. Y tus sueños cayeron, convertidos en la ceniza todavía caliente que te aprieta el corazón cuando nadie mira.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Ama y vive

Corramos hacia donde el corazón nos lleve.

Y es que al fin y al cabo eso es lo importante. Que alguien se atreva a negarlo porque es cierto, todo lo hacemos por amor. Nos movemos según el patrón que nos marca y cada uno sigue el paso, a su manera, al ritmo de sus latidos pero lo sigue. No intentes luchar contra ello. El amor nos hace, nos da aire y luego nos lo quita, nos mata. Pero si no ¿para qué estaríamos en el mundo?
Hagamos el amor, y arriesguémonos a vivir.

sábado, 26 de septiembre de 2009

G

¿Qué es lo que te hace actuar así? ¿El miedo? ¿El miedo a que te vuelvan a hacer daño? ¿El miedo a sentirte inferior a lo que te rodea tal vez? Intenta entender esto, aunque te sorprenderá oírlo de mí: Daño te lo van a volver a hacer, ¡la vida es así, joder! Y seguramente le harás daño a muchos sin pretenderlo pero no tienes que intentar hacérselo a otros a propósito. No eres inferior a los demás, no tienes que superar a nadie. La vida no es una competición, no es un juego, no es un “yo gano, y tú pierdes” ¿No lo entiendes? Es TU vida, y en ella, lo único importante eres TÚ y la gente a la que quieres.

martes, 22 de septiembre de 2009

Amalia, uno.

Hacía frío, mucho frío y Amalia estaba cansada.
Aquella habitación era demasiado agobiante y de unas dimensiones que le producían claustrofobia. Le resultaba totalmente ajena y sobre todo lúgubre. Prácticamente vacía, triste. Una pequeña cama, de colchón duro y de muy dudosa calidad, y una mesita de noche a su lado izquierdo, que debía servir como estudio, con un pequeño cajón a modo de armario improvisado.
Las paredes, de un amarillento que en mejores épocas tal vez se hubiera parecido al blanco, estaban, en estos momentos, cubiertas de manchas de humedad. El único adorno era una cruz colgada encima de la mesita y, lo que más desagradaba a Amalia… el único lugar por el que parecía poder entrar el aire o como mucho la luz del sol, era un pequeño agujero en la esquina derecha de la habitación.
Lo primero y único que pensó Amalia, al entrar en la que posiblemente sería a partir de ahora su nuevo hogar, fue que era un lugar verdaderamente deprimente.
En su cabeza solo aparecían retazos de recuerdos.. ahora volvía a estar en aquella casita de verano a la que iba todos los años con sus padres. Podía sentir a su alrededor la brisa del mar recorriendo su nuca.. y el intenso y conocido olor a sal y vida inundando su nariz. Y de nuevo escuchaba la risa de su hermanita, que venía corriendo de la playa.
Su hermana.. la pequeña Carla.. el alma sonriente de la familia, ese brillo de sus ojos que nunca se apagaba.. correteando todo el día alrededor de ella. Otra vez el juego del pilla pilla.. la sonrisa de felicidad de su madre que las observaba tumbada en la hamaca mientras su padre leía su libro preferido en voz alta.. todo parecía tan perfecto.. tan real.. tan absurda la idea de que nada malo pudiera pasar..
pero la oscuridad volvía a torturar la mente de Amalia.. gritos resonando en sus oídos.. un coche precipitándose al vacío.. el pequeño ford de su padre hundiéndose en el agua y todo negro otra vez. El coche desaparece, a la superficie solo salen burbujas y de repente.. Carla.. allí está Carla flotando en el agua.. su cuerpecito emergiendo del fondo.. sin vida. Oscuridad. El vacío. Nada.

Vida

La muy estúpida pensaba que era un juego. Pero se equivocaba, no era un juego, es la vida real. Una vida que se basa en enamorarnos, odiarnos, hacer daño, dejar que nos lo hagan, autocompadecernos, compadecernos de los demás. Pero ella aún no lo había entendido.
Nadie dijo que él no estuviera enamorado de ella en un principio. El hecho de que poco después me conociera a mí y se olvidara de su existencia, es otra cosa.

Y no se equivoquen, no es maldad, crueldad o ganas de joder a esa estúpida que apenas conocía, ... es amor.

domingo, 30 de agosto de 2009

F

Después de una noche de locuras, su espalda descansaba sobre una pared fría. Un fuerte olor a degradación y decadencia le inundaba la nariz. Se bajó el vestido como pudo y observó, al fondo, una figura oscura y borrosa que se acercaba a paso rápido.
-Esta noche me ha costado seguirte la pista.
Se inclinaba sobre ella y le sujetaba el rostro comprobando su consciencia. Movió la cabeza negativamente. Lucía gimió, dolorida, cuando el hombre le pasó un brazo por los hombros y la alzaba en el aire, pasándole el otro por las piernas. Comenzaron a caminar, mientras ella luchaba por mantener sujeta la cabeza.
Su último, aunque vago recuerdo fue un beso, suave, en la frente. Y siguiéndolo, aquella voz.
-Hasta mañana, amor.
Al día siguiente, ya cerca de la hora de la merienda, un fuerte de dolor de cabeza y una sed asfixiante la despertaron. Tambaleándose, fue a buscar algo para el estómago. De camino al sofá del salón, pasó por su cuarto y sin ni siquiera leerla, arrugó la nota que había posada en la mesilla, tirándola junto a unas cuantas que amenazaban con desbordar la papelera. De todas ellas, solo había leído las tres primeras.
"Déjalo ya, alguna noche me cansaré de ir a rescatarte"
Con la cabeza a punto de estallar, se estiró para ver la tele y descansar. En dos horas tendría que empezar a prepararse, la esperaba la borrachera prometida.

viernes, 28 de agosto de 2009

E

Un pintalabios rojo brillante, los ojos ahumados, un toque de color bajo los pómulos.
Se dio la vuelta, metió sus pies en aquellos tacones de 12cm y con el bolso de lentejuelas en la mano, se fue tras la borrachera prometida. Cogería el mayor pedal de su vida, se rompería los pies en la pista y calentaría la cama del caballero más cercano.
Para olvidar por una noche que al día siguiente, el dolor la esperaría fiel.

miércoles, 26 de agosto de 2009

D

Lucía apoyaba su cabeza sobre la almohada, aferrándose a ella con fuerza mientras clavaba sus ojos en el mapa mundi que colgaba de la pared. Esta vez, estaba borroso, las lágrimas enturbiaban su vista, y más que su vista, el corazón. Cada vez con más ganas, intentaba controlar los sollozos; si había algo que no le gustaba de llorar era la falta de aire que estos provocaban. Pero al fin y al cabo, estaba acostumbrada. No es que su vida fuera inusualmente triste, difícil o aterradora. Simplemente, no podía evitar llorar cuando no se sentía feliz.
Él la conocía, conocía su pequeña y odiosa inclinación al pesismismo y su debilidad ante la angustia. Pero, como otras veces, aquel estúpido orgullo le impidió coger el teléfono, marcar su número e intentar convencer a aquella niña a la que amaba de que todo estaría bien, que jamás dejaría de quererla.

viernes, 21 de agosto de 2009

C

Había sido un mal día para él. Uno de esos día en que uno necesita desahogarse, escupir lo que lleva dentro pero inexplicablemente, las palabras no salen y la hoja de su libreta en blanco lo confirma. Se levantó de aquella vieja silla de madera que tantas horas al año se esforzaba en darle dolores de espalda y empezó a dar vueltas en el angosto espacio de su cuarto, que a parte del cuartucho del baño y la pequeña cocina, constituía su diminuto y destartalado hogar. Caminó hacia la ventana y la abrió, en sus reducidas dimensiones, lo máximo que pudo. Ignorando la vistas de la fachada de ladrillos grises que se erguía a un metro de distancia, se tumbó en el suelo y cerró los ojos, centrándose en el sonido de la ciudad lluviosa que llegaba a sus oídos.
No, las palabras no llegaban.
Entumecido tras pasar un rato con el cuerpo en el suelo, se rindió y metiendo su pequeña libreta en el bolsillo de su abrigo, se dispuso a respirar un poco de ciudad más de cerca. Como siempre, no pasaba de la segunda manzana cuando la humedad le había calado las prendas y no tuvo más remedio que refugiarse en la cafetería de la esquina, en la que solía acabar tan a menudo.
Se sentó en la misma mesa de siempre, la del rincón, que por una extraña razón siempre encontraba vacía y pidió su taza de leche caliente y un bollo.
La oscuridad propia de las seis de la tarde empezaba a cernirse sobre las calles mojadas de aquel invierno. Las palabras no llegaban.
Sonó una campanita que se encontraba encima de la entrada de la cafetería, que avisaba de la llegada de nuevos clientes. Una mujer joven, embutida en una gabardina beige se acercaba a una de las mesitas centrales, en donde, después de pedir su café y atusarse la melena oscura que caía por sus hombros, sacó un libro y se enfrascó en él.
Conocía su silueta de memoria, era una de las clientas de costumbre desde hacía unos meses y para él, una conocida de siempre, de la que ni siquiera conocía su nombre. Se quedó un instante observando como aquella bonita mujer seguía con ojos vivos su novela; levantaba cuidadosamente una pierna para cambiar de posición y con un gracioso movimiento, del que apenas parecía ser consciente, la colocaba encima de la otra. Alzaba una mano y despacio, la pasaba por un mechón de pelo, casi acariciándolo y dejándolo sujeto detrás de una oreja.
Después de pasar un rato bebiendo de aquella imagen, las palabras salieron.
Sacó su libreta del bolsillo y por fin, comenzó escribir, sin pausa, parándose apenas en algunos instantes para alzar la vista y comprobar que la bonita mujer seguía allí, en el centro de la sala. El bolígrafo se movía solo, no podía evitarlo, era una sensación que ya conocía. Todo lo que necesitaba escupir fue saliendo, poco a poco pero sin duda, con detalle, concentrado en desahogarse de todo aquello que le había estado aplastando durante el día.
Dos horas después, la mujer se levantaba. Habiendo cerrado su novela, y pagado el café, la gabardina beige volvía a envolverla mientras caminaba con paso decidido hacia la puerta. Junto a esta recogió un pequeño paraguas y, sin girar la vista atrás, salió, enfrentándose a la lluvia con lo que a él le pareció, el semblante de una mujer valiente.
Había terminado de escribir. Se quedó mirando a su nueva creación, de tres páginas de largo. Las arrancó y se las guardó en el bolsillo contrario al de la libreta. Levantándose satisfecho con lo que había hecho, pagó y se fue, volviendo a su diminuto y destartalado hogar.
Por el camino, decidíó guardar aquellas tres hojas en la caja en donde se encontraba el resto de cartas que había escrito durante los últimos meses en aquella cafetería. ¿Cartas de amor? Sí, amor, fracaso, rabia, odio. Todo aquello que guardaba dentro y que necesitaba echar fuera, pero para lo que nunca encontraba palabras. El fracaso de haber acabado en donde estaba, sin expectativas. La rabia de no encontrar una salida al laberinto en el que lo había encerrado la vida. El odio a sí mismo por no molestarse en intentar hacer nada para deshacerse de él.
Pero sí, en el fondo amor. El amor por aquella musa que le había traído las palabras que no había sido quién de encontrar solo. Aquella musa a la que confesaba secretamente su amor, sus ambiciones, sus manías y su presente. Aquella para la que seguiría siendo nadie, por el absurdo y terrorífico miedo a perderla y perder con ella las palabras que lo mantenían a flote.

jueves, 20 de agosto de 2009

B

Dejaré que los recuerdos que se hayan acumulado en mí por la noche se vayan con la espuma de cada ducha matutina. Me reiré como una loca de mi última ocurrencia, en voz alta, a gritos si es necesario para no poder oír lo que pienso. Cada vez que me entren ganas de llorar, correré los mil metros lisos, por el único placer de no pensar en nada. Lo único que importará será seguir caminando, porque no voy a quedarme atrás.

Sí, lo haré. Pero empezaré mañana;

miércoles, 19 de agosto de 2009

A

“Qué tontería, nunca llegaré a acabar aquella historia que había empezado. ¿Por qué? Por favor, es obvio, no se me da lo suficientemente bien. En realidad nada se me da lo suficientemente bien. ¿Cuántas cosas de las que he empezado llegué a terminar? Ninguna, lógicamente, porque me faltaba voluntad para hacerlo. Jamás destacaré en nada. Tal vez llegué a este mundo como mera observadora. ¿Mi vida va a ser así? ¿Seguiré siendo esta repugnante resignada a no esforzarse por un sueño?”

Le empezaron a sudar las manos cuando el hilo de sus pensamientos llegó al ya conocido punto de angustia sin salida. Ahora debía encontrar inmediatamente una distracción o ese pesimismo que había crecido con ella desde su infancia la engulliría provocando las consabidas lágrimas.
Una cabeza de pelo oscuro que descansaba en su regazo se giró para dirigirle una mirada interrogante.

- ¿En qué piensas, cielo?
- En nada –contestó ella, con las manos todavía sudorosas y la vista vaga.

Una mirada más intensa consiguió sacarla de su ensimismamiento y centrarla en el presente. En ella leía perfectamente: “No ha colado, pequeña”

- Es qué… no destaco en nada. Soy… no soy buena en nada.

Intentó en explicarse con una arruga de frustración en la frente, una tilde insegura en la voz y los ojos en el suelo.
El dueño de aquellos mechones oscuros que había acariciado a lo largo de toda la escena, se irguió. Su rostro estaba ahora a la altura del de ella.

- Dame un beso.

Ella accedió y durante unos minutos se le olvidó en qué pensaba, dónde estaba y quién era. Después, se separaron.

- ¿Lo ves? Que tú no te des cuenta no significa que no destaques en nada, pequeña humana con patas.

Una cara sonrojada y la repentina seguridad de la verdad de sus palabras la abrumaban.

- Te quiero

“No voy a perderlo nunca. Tal vez él sea mi historia, ese sueño que debía perseguir, ¿mi fuerza de voluntad?…”
A partir de ahí, el nuevo hilo de pensamientos siguió su ritmo; esta vez con una sonrisa pintada en los labios.

martes, 18 de agosto de 2009

Un mundo de hipócritas o locos

Sabías que este mundo no estaba hecho para ti. Aquí se comen a los ingenuos, pisotean a los estúpidos, desechan a los sensibles. Vendrán a por ti y acabarán contigo. Puedes llorar y echar a correr, o bien puedes enseñarle los dientes al presente y demostrar a esos hipócritas que eres uno de esos locos que les ha ganado la partida.

A B C

Una persona simple, suele mirar atrás, y hundirse en el pasado por las noches. Duerme con un peluche. A veces, llora. Bueno, en realidad llora muchas veces, un defecto de fábrica. Y a veces, miente pero mentir no le gusta y si lo hace es por miedo. Sí, por que es muy cobarde, pero intenta ser buena. Hace lo que puede.

Por las noches solía mirar atrás, hundirse en el pasado. Otras veces sueña.