miércoles, 14 de julio de 2010

El suelo se está abriendo y se abre bajo tus pies

Me enseñaron que el mundo era muy injusto, que la riqueza estaba mal repartida y que los fuertes se aprovechaban de los débiles. Pero también me enseñaron que eso podía cambiar, que estaba en mi mano: contribuir a mantener el sistema o dar un paso más para derribarlo. Entonces, me dije que quería hacerlo de dos formas: con pluma y bisturí.

Lo primero lo tenía, debía conseguir lo segundo. Así que puse toda mi confianza en mí misma y me lancé a por ello. Lo intenté con todas mis fuerzas, encontré una fuerza de voluntad que no sabía que tenía y llegué a creer que lo iba a conseguir de verdad.

Finalmente, puede decirse que el karma, si es que existe, me ha fallado. Parece ser que no empuñaré un bisturí, y ver como mis planes se derrumban, me quita las ganas de empuñar la pluma.

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