Un pintalabios rojo brillante, los ojos ahumados, un toque de color bajo los pómulos.
Se dio la vuelta, metió sus pies en aquellos tacones de 12cm y con el bolso de lentejuelas en la mano, se fue tras la borrachera prometida. Cogería el mayor pedal de su vida, se rompería los pies en la pista y calentaría la cama del caballero más cercano.
Para olvidar por una noche que al día siguiente, el dolor la esperaría fiel.
viernes, 28 de agosto de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Me encanta, siempre digo lo mismo, ya lo iras descubriendo pero es que es verdad que es muy bonito.
ResponderEliminarCuidate :)
Uhmm... Que puedo decir!! Bonito lo que escribes, mala decisión!! jeje!
ResponderEliminar